La Royal Mint lanza una moneda recordando el aniversario de la botadura del que fue el mayor trasatlántico de su época y el protagonista del naufragio más famoso de todos los tiempos. Serán cinco libras de plata esterlina o de cupro-níquel de curso legal en la isla de Alderney.
El 10 de abril de 1912, el soberbio buque RMS Titanic partió del puerto de Southampton con destino a Nueva York con 2223 personas a bordo, sin saber que se encaminaba hacia el desastre. La historia es bien conocida por todos: dos días más tarde, en pleno océano, choca contra un enorme iceberg y naufraga dejando en el fondo del mar más de 1500 muertos.
Con motivo de cumplirse un siglo de esta tragedia marítima, muy posiblemente la más famosa de todos los tiempos, la Royal Mint saca al mercado una emisión conmemorativa, compuesta por dos denominaciones, ambas con un valor facial de cinco libras, con un peso de 28,28 gramos y un módulo de 38,61 milímetros y de curso legal en la isla de Alderney. La primera de las monedas está acuñada en plata esterlina de 925 milésimas, en calidad proof y su volumen se limita a 7500 unidades, mientras que la segunda está fabricada en cupro-níquel y con acabado brillante sin circular.
Ambas piezas comparten tipos de anverso y reverso. La cara principal, al tratarse de circulante de curso legal, la ocupa el habitual retrato de la reina Isabel II de Gran Bretaña. 
El reverso muestra la silueta del Titanic entre las olas y como fondo la estatua de Thane que forma parte del monumento a las víctimas del naufragio erigido en la ciudad de Belfast, obra del escultor Sir Thomas Brock. Esta escultura de influencia clásica presenta una figura femenina, asimilada también a la Fortuna, sosteniendo una corona de laurel. El memorial a las víctimas se levantó en Belfast puesto que allí estaban los astilleros donde se construyó el Titanic.
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