La subasta del día 15 de noviembre de la firma madrileña se saldó con un altísimo porcentaje de ventas y subidas extraordinarias especialmente en la parte dedicada a la moneda romana, pero también en los lotes de conjunto, la moneda española y las series extranjeras.
El segundo día de la subasta de Jesús Vico SA, tras el remate extraordinario del día 14 de noviembre, dedicado a un tercer conjunto de monedas de la antigua colección Huntington (ex Hispanic Society), sacaba a la puja otros casi 1100 lotes en sesiones de mañana y tarde.
Con gran afluencia de público en la sala, dio comienzo a las 10:00 horas la primera parte del remate. Se iban a rematar los más de seiscientos lotes de moneda antigua del catálogo, formados en su mayor parte por una numerosa colección de moneda romana y las altas adjudicaciones no tardaron en llegar. No cabe duda de que el mercado de las piezas romanas está viviendo un momento excepcional, y si hacía falta alguna prueba más, no tienen más que fijarse en los remates conseguidos en esta subasta. Les ofrecemos sólo algunos de los ejemplos más llamativos, pero podríamos mencionarles muchos más.
Comenzaremos con una subida espectacular, la del denario anónimo con marca toro parado que se subastaba con el nº 2081. Se trata de una pieza muy rara cuyo precio de salida era de 200 euros que quedaron pulverizados al adjudicarse en nada menos que 6500 euros.
Más modesta, pero porcentualmente también extraordinaria, fue la subida del siguiente lote (nº 2082), otro denario anónimo con marca letra B, que pasó de 100 euros en catálogo a 2200 de remate.
Este denario (lote nº 2096) fue acuñado en Italia Central durante la conocida como Guerra Social. Se trata de una moneda muy rara cuyo precio de inicio era de 1000 euros, convertidos finalmente en 3100 tras las sucesivas pujas.
En esta línea de alzas de precio, era esperable la buena acogida de los denarios acuñados durante el periodo de los imperatores, por ejemplo los conocidos denarios de César con el elefante pisando un carnyx galo e instrumentos pontificales en el reverso. Una muestra puede ser el remate del nº 2113, con un precio de inicio de 300 euros y que alcanzó 1500.
Hasta 3700 desde los 800 en que se presentaba a la puja, llegó esta pieza con los retratos de Marco Antonio y Julio César (lote nº 2121).
Ya del imperio, las emisiones augusteas siguieron la misma tendencia. Este denario posiblemente acuñado en Colonia Patricia con la corona cívica en el reverso (lote nº 2171), se adjudicó en 2900 euros cuando su precio en catálogo era de 800.
También superó su precio de inicio este denario (lote nº 2183) con los retratos de Augusto y Agripa, que partía ya de 1500 euros y fue rematado en 3100.
Otra subida espectacular fue la de este denario de Tiberio (lote nº 2279), con la imagen de Livia entronizada en su reverso, que pasó de 175 euros en catálogo a unos más que destacables 1450.
Avanzamos en el tiempo hasta las guerras civiles del año 68-69 d.C., en las que encontramos este otro raro denario acuñado en Galia (lote nº 2320), que vio quintuplicarse su precio en catálogo cuando el martillo cayó en los 2500 euros.
Otra rara pieza, de las emisiones de restitución efectuadas durante el reinado de Trajano, este denario que se ofertaba con el nº 2373, subió desde 300 euros de inicio hasta 2700 de remate.
Aunque menos llamativas, también se vivieron subidas porcentualmente espectaculares en algunos lotes que salían con precios muy bajos, y si no lo creen vean este denario de Marco Aurelio (lote nº 2421), cuyo precio de salida era de sólo 60 euros, y que consiguió subir hasta los 850.
De los emperadores del siglo III podemos destacar este denario de Gordiano II (lote nº 2512), que partía de 400 euros y alcanzó los 1400. Fue la subida porcentualmente más destacada entre las piezas de este periodo, que, por lo demás, obtuvieron un éxito considerable entre los coleccionistas.
Terminamos con una pieza ya del Bajo Imperio, este sólido de Constancio Galo (lote nº 2604), raro y en estado de conservación excelente, que salía a la puja a partir de 2600 euros y se adjudicó finalmente en 5750.
Pero antes de concluir con el comentario de esta primera sesión, no queremos dejar de comentar la extraordinaria acogida que obtuvieron los lotes de conjunto, tanto en la puja en sala como por internet, que dispararon los precios de salida alcanzando adjudicaciones incluso diez veces por encima del precio inicial.
La sesión de tarde se inició puntualmente también con gran presencia de público y con nuevas y sorprendentes subidas, además de repetirse el altísimo porcentaje de ventas. Podemos comenzar fijándonos en este dinar califal de Al-Hakem II (lote nº 2668), que salió a subasta por 650 euros y tras sucesivas subidas de cartón, se adjudicó en 3500 y, poco después otro dinar, en esta ocasión almorávide acuñado en Sevilla (lote nº 2671), con un precio de salida similar se remató en 2400.
Las subidas continuaron con las emisiones de los reinos cristianos, como la dobla de 35 maravedíes de Pedro I (lote nº 2676), adjudicada en 2400 euros y, especialmente, los 13800 euros por los que se remató la dobla sevillana de Alfonso de Ávila (lote nº 2687), cuyo precio en catálogo era de 13000.
Las grandes piezas de oro y plata de la monarquía española no quisieron quedarse fuera de esta tendencia alcista. Fueron habituales las subidas de más de 1000 euros por encima del precio inicial, aunque sin duda, la más reseñable fue la de esta onza mejicana (lote nº 2759). Acuñada en 1745 para Felipe V, se presentaba en grados de conservación excelente y sin circular, además de con pleno brillo original. Su precio en catálogo era de 4000 euros que, tras las sucesivas pujas, se convirtieron en los definitivos 13000 en los que cayó el martillo.
También hay que destacar el remate de dos piezas de dos escudos de Fernando VII (lotes 2917 y 2918), ambos de la ceca de Madrid y de los años 1812 y 1813, que consiguieron duplicar su precio en catálogo, pasando el primero de 1200 a 2500 euros de remate, y el segundo de 2200 a 4400 euros.
Por casi el triple de sus 500 euros de salida se adjudicó esta moneda de 10 pesetas de Alfonso XII de 1879 (lote nº 2979), adjudicada en 1425 y es sólo un ejemplo de la buena acogida que tuvieron las piezas de oro de esta etapa más moderna de la oferta.
El remate concluyó con el capítulo de moneda extranjera, en el que no se vieron remates destacables, pero que obtuvo un porcentaje de ventas en consonancia con la tendencia general de la subasta, que no puede calificarse más que de exitosa.