La Subasta Rápida XXIII rozó el pleno de ventas en su sección de notafilia y superó el 90% en la de monedas. Además hay que anotar las altas adjudicaciones, muy por encima de los precios de salida. Ya está anunciada la número XXIV para el próximo 23 de febrero
El pasado jueves se celebró en Madrid un remate más de Subastas Cayón que, aunque publicitado como Subasta Rápida XXIII, tuvo lugar en sala. La calidad y la cantidad de la oferta sin duda lo merecían y los coleccionistas han respondido de tal forma que hoy podemos hablar de un rotundo éxito.
Comenzaba el remate con la sección de notafilia, 520 lotes de billetes españoles con abundancia de rarezas y altísimos grados de conservación. Lo primero que hay que anotar es que el número de lotes sin vender no llegó ni al 2% del total, esto es casi la totalidad y algo muy difícil de conseguir.
Al gran éxito del remate contribuyeron además unas adjudicaciones que, en general, estuvieron muy por encima de los precios de salida, como se empezó a ver desde los primeros lotes. Así, de la emisión del 1 de enero de 1875, las 25 pesetas (lote nº 2017) se adjudicaron en 5.400 euros frente a los 3.500 de salida, y las 50 pesetas (lote nº 2018) subieron desde 5.500 euros de inicio hasta 11.400 de remate.
Este billete de 500 pesetas (lote nº 2022) de la emisión de 1 de julio de 1876, escaso y en muy buena conservación, vio cómo su precio se alzaba desde 2.500 euros en catálogo hasta 6.750 de martillo.
A continuación, dos rarezas de la emisión de 1 de enero de 1878: el billete de 50 pesetas (lote nº 223) fue adjudicado en 6.400 euros, frente a sus 4.000 de inicio, y el de 100 pesetas (lote nº 2024), superó el doble de su precio de catálogo, que era de 6.500 euros, al conseguir un remate de 13.500.
Siguiendo la racha, las 50 pesetas de la emisión de 1 de abril de 1880 (lote nº 2025) subieron desde 4.750 euros de puja mínima hasta 8.500 de martillo.
Entre las subidas porcentualmente más altas, podríamos mencionar la de esta pareja correlativa de billetes de 100 pesetas de la emisión de 24 de julio de 1893, que salía como lote nº 2048 a partir de 1.600 euros y fue finalmente adjudicada en 5.300.
Por encima de todos estos remates, la adjudicación más alta de la sección la obtuvo este billete de 5.000 pesetas de la emisión del 11 de junio de 1938 (lote nº 2167). Realizado en Barcelona, se trata de una emisión rarísima de la que podrían quedar media docena de ejemplares, de los que el que salía a subasta se presentaba en calidad casi sin circular. Desde un precio de salida de 35.000 euros, obtuvo un remate nada despreciable de 40.500.
Terminamos así, por todo lo alto, este breve repaso a la sección de notafilia y pasamos a la de monedas, cuyos resultados podrían quedar un tanto apagados por los de su predecesora, pero ya solo con que nos fijemos en que el porcentaje de ventas ha superado el 90% del total de los lotes ofertados, veremos que también se puede hablar de gran éxito.
Entre las piezas más notables de este capítulo estaban sin duda los dos rarísimos ejemplares contemporáneos de Alfonso de Ávila (lote nº 123) y Enrique IV (lote nº 124).La primera pieza, una dobla de Burgos rarísima y con leyendas inéditas, pasó en la puja de 5.000 euros de inicio a 7.500 de remate.
A continuación, un enrique de la silla (lote nº 124), segundo de su tipo, que ha sido atribuido por algunos autores a Alfonso de Ávila, pero que mejor parece haber sido acuñado por el propio rey Enrique, subió desde 6.000 euros en catálogo hasta 14.000 de adjudicación.
Los ocho reales de Lima del ensayador Rincón (lote nº 133),perteneciente a las primeras acuñaciones de la ceca bajo Felipe II, no despegaron de su precio de salida, que era de 30.000 euros.
En cambio, sí lo hicieron otros ejemplares que ya partían de cifras de cinco dígitos, como esta rarísima onza batida en Madrid para Felipe IV (lote nº 142) con fecha 1645 sobre 3, que subió de 10.000 a 13.000 euros.
O el cincuentín de 1626, que salía a subasta como lote nº 146y 11.000 euros de puja mínima, que se convirtieron en 20.750 de martillo.
Una subida porcentualmente muy notable fue la de este doble soberano (lote nº 149), batido en Amberes para Carlos II en 1667, muy raro, y que salía a subasta en 1.200 euros que quedaron muy por debajo de los 8.000 en que fue finalmente adjudicado.
No podía faltar alguna onza en esta breve reseña de los mejores remates de la subasta, y como muestra les hemos traído estos ocho escudos de la ceca de Méjico (lote nº 168), acuñados en 1757 para Fernando VI, en un estado de conservación extraordinario que sin duda contribuyó a que su precio subiera desde 4.000 euros en catálogo hasta 7.750 de martillo.
O esta otra (lote nº 190), acuñada en Nuevo Reino para Carlos III en 1769, en calidad casi sin circular, que pasó en la puja desde 4.000 de salida a 8.100 de remate, más del doble.
Después de este éxito, otro más en una larga lista, la firma Cayón anuncia su nueva subasta rápida, la número XXIV, para el próximo 23 de febrero, lunes, a partir de las 19 horas, que les comentaremos en próximas ediciones y que ya pueden consultar en la web.