Interesantes adjudicaciones y buen porcentaje de ventas en la subasta en sala que la firma madrileña celebró el pasado jueves 11 de junio. Tampoco faltaron subidas destacables, como la de este áureo de Domiciano, rematado en más del triple de su precio de salida.
Una vez más numerosos coleccionistas se dieron cita el pasado jueves 11 de junio en las oficinas de Jesús Vico para seguir en directo el remate en sala que hacía su número 142. Uno a uno, los 780 lotes que componían el catálogo fueron pasando por el veredicto del martillo obteniendo en general un buen resultado, con un alto porcentaje de ventas y algunas subidas reseñables.
Podemos empezar mencionando la adjudicación de esta estátera áurea (lote nº 62) acuñada para Filipo III de Macedonia en la ciudad de Pella, que pasó en la puja de 1.350 euros de salida a 3.400 de remate.
Aunque sin duda las estrellas de la moneda antigua fueron los áureos del alto imperio romano, de los que este catálogo contaba con una buena muestra desde Augusto hasta Faustina la Menor. En su gran mayoría consiguieron remates por encima de los precios de inicio, como los 3.500 euros del áureo de Adriano (lote nº 196), o los 3.600 de este de Faustina (lote nº 222).
Pero muy por encima de todos ellos se situó el ejemplar que hemos visto en portada, el áureo de Domiciano (lote nº 175) con busto de Minerva en el reverso, por el que se había fijado una puja mínima de 4.000 euros, que se quedaron muy por debajo de los 13.500 en que cayó el martillo.
Tampoco defraudó la moneda visigoda, en la que vimos cómo el tremissis de Sisebuto de la ceca de Tude (lote nº 291) subió de 4.000 a 5.400 euros y el de Égica de Eliberri (lote nº 302), de 5.800 a 6.000.
Más desiguales estuvieron los resultados de la moneda medieval: junto a alguna subida reseñable, como la de este cuarto de maravedí de seis líneas acuñado por Alfonso X en el taller de Murcia (lote nº 319), que se adjudicó en 2.000 euros, hubo otros ejemplares valiosos que se quedaron en su precio de salida, como fue el caso del ducado de Zaragoza de Juan II (lote nº 337), o que ni siquiera se adjudicaron, como ocurrió con el enrique y el medio enrique de Enrique IV (lotes nº 333 y 332).
Avanzando hasta los Reyes Católicos, nos hemos fijado en este doble excelente batido en el taller de Toledo (lote nº 350), que pasó en la puja de 2.000 euros a 3.600 de martillo.
En general, el gran capítulo de monarquía española mantuvo los altos porcentajes de venta que cabía esperar, si bien las subidas fueron moderadas. Las grandes piezas de oro y plata coparon los precios más altos, aunque sorpresivamente se coló entre los remates que alcanzaron los cuatro dígitos este ejemplar de ocho maravedíes de plata (lote nº 413), sin fecha visible, que subió desde unos modestos 250 euros en catálogo hasta 1.350 de adjudicación.
En el sentido contrario hay que decir que la preciosa onza segoviana de 1721 (lote nº 439) no se adjudicó, y que el duro gaditano de 1812 (lote nº 518), se vendió en sus 3.000 euros de catálogo.
Tanto los capítulos de moneda española más moderna como el dedicado a emisiones extranjeras mantuvieron altos sus porcentajes de ventas, con subidas moderadas y pocas sorpresas. Dentro de las acuñaciones extranjeras se incluía un apartado dedicado a las acuñaciones islámicas no andalusíes, en el que este dinar de los abasíes de Bagdad (lote nº 655) pasó de 250 euros de salida a 1.000 de remate.
Entre las adjudicaciones más altas de esta sección se situó también una de nuestro vecino Portugal, en concreto este cruzado (lote nº 750) acuñado en Lisboa para Juan II, que obtuvo un precio de martillo de 2.100 euros.
Finalmente, del apartado de notafilia les traemos estas 100 pesetas de 1889 (lote nº 773), en muy buen estado de conservación, que alcanzaron una adjudicación de 1.300 euros frente a los 450 de catálogo.
La próxima cita con las subastas de Jesús Vico será en septiembre, en concreto el 15 de septiembre, para cuando tienen previsto celebrar una subasta en internet en la que ya están trabajando.