Con más de cuatro mil monedas, un hallazgo casual en Ueken (Argovia) se convierte en uno de los tesoros romanos más importantes descubiertos en Suiza. Las piezas se fechan en el último tercio del siglo III d.C.
Como tantas y tantas veces, un hallazgo casual, unido a la colaboración ciudadana, ha sacado a la luz un importante material numismático. En este caso un granjero de la pequeña localidad suiza de Ueken, perteneciente al distrito de Laufenburgo en el cantón de Argovia, se encontraba cavando entre las raíces de sus frutales cuando en un terrón de tierra descubrió varias monedas de color verde. Según sigue contando el relato del hallazgo que se ha dado a conocer, el descubridor pensó que podría tratarse de monedas romanas ya que en la vecina localidad de Frick se había excavado recientemente un asentamiento de esa época, de modo que se puso en contacto con las autoridades arqueológicas de la región.
Éstas confirmaron la cronología de las piezas y entre los meses de septiembre y octubre realizaron una excavación mediante la cual se han podido recuperar un total de 4.166 monedas, en una superficie de unos pocos metros cuadrados, y a poca profundidad.
A pesar del buen estado de los ejemplares desenterrados, las piezas han necesitado ser sometidas a un proceso de limpieza y restauración. De momento, lo que se ha publicado a partir de una primera estimación de doscientas monedas revisadas por el numismático Hugo Doppler es que se trata de antoninianos fechados a partir del 274 d.C. Entre ellos se han identificado acuñaciones de los emperadores Aureliano (270-275), Tácito (275-276), Probo (276- 282), Carino (283 hasta 285) Diocleciano (284-305) y Maximiano (286-305), siendo las monedas más modernas del 294 d.C., es decir, justo antes de la reforma de Diocleciano.
Otro aspecto que se ha señalado de este hallazgo es que las monedas tienen un contenido de plata muy alto para lo que es habitual en estas series, y además con pocas trazas de haber circulado, lo que denota una selección de las mejores piezas por parte del propietario. Los arqueólogos de la región de Argovia piensan que se trata de una acumulación de dinero realizada a lo largo de varios años y que se habría ocultado no mucho más allá del 294 d.C.
La causa de la ocultación no la conocemos, aunque se pueden aventurar muchas hipótesis, especialmente si tenemos en cuenta los convulsos años que se vivieron en este último tercio del siglo III d.C. y mucho más si pensamos que la región donde se ha realizado el descubrimiento, al norte de Suiza, muy cerca de la frontera del Rin, es una zona frecuentemente amenazada por las incursiones bárbaras.
Imágenes: canton de Aargau. Béla Polyvás.