Dos billetes carlistas inéditos

Dos billetes carlistas inéditos

Dos billetes carlistas inéditos 200 276 admin

Con el presente artículo queremos presentar dos billetes, hasta ahora inéditos en publicaciones o catálogos notafílicos, y hacerlo tanto como aportación al conocimiento del billetario español como demostración de que una búsqueda atenta en ofertas fuera de España puede depararnos agradables sorpresas que permiten incrementar nuestras colecciones con ejemplares de gran rareza. Ambos billetes tienen su procedencia en Inglaterra: un Bono real del Pretendiente Carlos VI y un billete de 4.000 reales de vellón del Banco de Jerez.

Comencemos por un apunte histórico.

En el primer cuarto del siglo XIX se encontraba en vigor en España lo que se ha denominado como “ley sálica”, la cual impedía que las mujeres accediesen al trono. Al nacer la única descendiente del rey Fernando VII, éste derogó las leyes que impedían la sucesión femenina, por lo cual, a su muerte, año 1833, fue proclamada heredera y futura reina su hija, que subiría al trono con el nombre de Isabel II.

Carlos, hermano de Fernando, se consideró legítimo heredero del reino y se proclamó, de forma inmediata, como rey de España con el título de Carlos V. Dado las discrepancias ideológicas existentes en el país, liberales y conservadores, cada partido apoyó a una de las diferentes legitimidades, enzarzando a la nación en una guerra civil que, con diferentes intervalos y protagonistas, duró mas de 40 años.

Carlos Luis de Borbón y Braganza, conocido como Conde de Montemolín, fue hijo de Carlos V y pretendiente al trono de España cuando su padre renunció al trono para facilitar un posible matrimonio entre Carlos Luis e Isabel, con el cual se pudiese solucionar el conflicto dinástico. Al no conseguirse el enlace, el pretendiente se casó con Carolina de Borbón-Dos Sicilias, hija del rey de Nápoles, Francisco I, en 1850, y se estableció en el reino de Nápoles.

Ya en 1846, publicó un manifiesto en Londres donde llamaba a la insurrección, por lo cual a finales de ese año se inició una auténtica guerra civil en Cataluña y Aragón, con pequeñas escaramuzas en otras zonas y que se conoce como Segunda Guerra Carlista o “Guerra dels matiners”.

Para financiar los gastos bélicos, los pretendientes al trono, emitieron moneda metálica, bonos y obligaciones que colocaron, de forma mas o menos obligada, entre la población del territorio que controlaban o a inversores extranjeros.

Los bonos, obligaciones y vales emitidos por los pretendientes carlistas se han considerado, en la literatura notafílica, como “billetes”, puesto que con ellos era posible pagar determinados impuestos y contribuciones en el territorio que controlaban, y como tales figuran en todos los catálogos especializados del papel moneda español comenzando por los de Alentorn y Vélez-Frías, Vicenti, Cayón, etc. y continuando por todos los modernos. No puedo menos que indicar que, personalmente, y como mucho, les concedería la categoría de documentos paranotafílicos, ya que las características esenciales de un billete, la fiducia y la circulación, prácticamente no se dan en estos bonos.

Todos los catálogos numismáticos reflejan la existencia de monedas, bonos y obligaciones emitidas por el primer pretendiente, Carlos María Isidro de Borbón, autoproclamado, Carlos V, y por su nieto, Carlos María de Borbón y Austria-Este, Carlos VII. Del hijo y heredero Carlos V, Carlos Luis de Borbón y Braganza, Carlos VI, ningún catálogo ha publicado emisión de moneda metálica o bonos.

El bono real que presentamos está emitido por autorización del pretendiente Carlos VI con similares condiciones que los emitidos por su padre y con destino a ser adquiridos, preferentemente, en mercados internacionales

El bono está impreso en tipografía, sobre papel sin marcas al agua pero de gran calidad y carteo. Impresión de banda lateral izquierda para corte de matriz que se realizaba con cizalla ondulada. Las dimensiones del ejemplar son de 310 x 215 mm., tomando la anchura desde la ondulación del corte de matriz. Numeración y validación manual, a pluma con tinta azul, siendo firmados por D. Juan F. de Lara.

En su parte superior derecha figura impreso el sello de Carlos VI, sello circular con la leyenda “Hispan. Et Ind. Rex Carolus VI. D.G.” y en su interior el escudo real. Simétrico con este sello se encuentra en el lado derecho otro similar en el que el escudo real, en vez de ser impreso ha sido marcado con un sello en seco de gran relieve.

En el reverso se repite el escrito del anverso traducido al inglés más un recuadro en el que se indica el tipo de bono, en los dos idiomas y se repite su numeración de control.

4.000 reales de vellón del Banco de Jerez

El 28 de enero de 1856 se publicó un decreto en el que se permitía la creación de bancos provinciales con el privilegio de emisión de papel moneda.

Con fecha 14 de octubre de 1859 el Ministerio de Hacienda emite un real decreto en el que se concede al Conde de Premio Real, D. Jose Antonio de Agreda, D. Pedro López Ruiz y a otros “propietarios y comerciantes de Jerez de la Frontera, la creación de un banco de emisión en dicha ciudad, que se titulará Banco de Jerez de la Frontera”.

La duración del Banco era por 25 años a contar desde la fecha de su constitución definitiva, y su capital de 3.000.000 de reales, representados por 1.500 acciones de 2.000 reales cada una.

La administración del banco debía ser hecha por un director y doce consiliarios, elegidos por la junta general de accionistas, y el gobierno nombraría un comisario regio como representante del Estado para vigilar sus operaciones. Dentro de las funciones del comisario se encontraban las de inspeccionar la confección de billetes y autorizar con su firma la emisión, así como asistir a los arqueos de control semanales y semestrales de los billetes.

El artículo 14 de sus estatutos, permitía al banco “emitir una suma de billetes al portador, igual al triple de su capital efectivo, que serán pagaderos a la vista en la Caja del establecimiento; pero ha de tener constantemente en caja y en metálico la tercera parte de los billetes emitidos”.

Los billetes no podrían exceder de 4.000 ni bajar de 100 reales, debiendo ser “de talón” y distribuidos por series con numeración correlativa en cada una.

Hasta la fecha sólo conocíamos la existencia de un único billete de este banco, subastado por Caja Madrid en marzo de 1994, de valor 200 reales, publicado en el catálogo Filabo. También creemos que puede existir el valor de 100 reales puesto que en el catálogo de Ruiz y Alentorn, de 1974, figura la marca al agua del billete de 100 reales.

El billete está impreso en calcografía sobre papel delgado pero de gran consistencia, típico de los billetes de los bancos provinciales, de color blanco.

Impreso, únicamente, el anverso, por lo que en el reverso se ve con nitidez la marca al agua. Realizado con matriz de control para cumplir la exigencia gubernamental de ser “de talón”. Tamaño total, incluída la matriz, 285 X 135 mm. Sin numeración ni firmas de control.

Marca al agua muy contrastada con la leyenda “Banco de Jerez de la Frontera”, en arco, y en línea inferior, “cuatro mil”, entre guirnaldas; entre ambas leyendas el escudo de Jerez y un “4000” a cada lado.

A destacar como el diseñador del billete ha querido contextualizar el dibujo del billete con la localidad origen del banco, para lo cual ha trazado las letras simulando sarmientos de vid y adornando el conjunto con guirnaldas de hojas de parras.

El billete se halla deteriorado en su margen superior con faltas de papel.

Autor/a: Ramón Cobo Huici

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