“Nos hallamos ante una alfombra de miles de monedas de oro en el fondo del mar”, palabras pronunciadas por un compañero del famoso buscador de tesoros Mel Fisher, mientras trabajaban en un naufragio llamado “Colored Beach Site”.
La presencia de un conjunto de monedas o tesorillo nos transporta a ensoñaciones infantiles de tesoros, de piratas, de naufragios; las imaginamos rodeadas de gemas preciosas, de objetos de oro, cadenas, copas, perlas, etc. Si contemplamos unas bonitas onzas, vemos…¡¡¡doblones!!!
¿Qué distingue a las monedas macuquinas de las monedas redondas fabricadas con máquinas más o menos modernas? 1. Todas son únicas, no hay dos iguales (si encontramos dos iguales es que una, o las dos, son falsas). 2. A los amantes de estas piezas no les importa contemplar o poseer dos piezas repetidas, simplemente porque son distintas y sin embargo no encuentran placer en contemplar o poseer dos monedas iguales acuñadas a molino. 3. Su relieve es impresionante. 4. Su tacto es encantador. Si a todo esto le unimos el misterio que las acompaña, nos atrevemos a decir que son ¡románticas!
Otro de sus atractivos es su propia complejidad para catalogarlas o clasificarlas, que nos obliga a rebuscar literatura sobre la pieza para saber cuál era su leyenda completa, o su ceca, o su año, etc. Esta labor añadida de catalogación nos aproxima mucho más al diseño, a la época, a la ceca (cuanto más tengamos que estudiarlas más las apreciaremos). Por tanto, no se trata sólo de poseerlas y colocarlas en su monetario, álbum o dondequiera que las guardemos. No son cromos para rellenar y completar la serie.
Nos imaginamos qué cantidad de sensaciones sentirían los buscadores de tesoros al encontrarlos sumergidos. (En otra ocasión hablaremos de los naufragios y sus hallazgos; de los buscadores de tesoros, de sus personajes y de sus actos).
Relataremos brevemente una anécdota que se cuenta de unos buscadores ocasionales de los que se dice que encontraron «La moneda más importante recuperada de la Flota de 1715».
Esta historia se la debemos a Ernie “SeaScribe” Richards. “Shipwrecks and Their Coins: Volume 3 – The 1715 Spanish Treasure Fleet”.
“Se trataba de un matrimonio americano que en sus vacaciones se marchaban a las costas de Florida y practicaban un pasatiempo allí conocido como “Buscadores de metales”, y recalaban en los lugares y playas donde se hundió la famosa flota de la Plata de 1715.
Los pronósticos meteorológicos de La Florida, predecían una tormenta cerca de la playa, al sur de la bahía de Sebastián. Estas tormentas producen una erosión que ocasiona que las dunas, que guardan celosamente los restos de la Flota de 1715, se abran temporalmente y permitan que los buscadores de tesoros hagan sus rastreos.
Así pues, un día de marzo, particularmente tormentoso, pilló a nuestro matrimonio rastreando con sus detectores de metales sobre las arenas de Florida cuando las olas se encresparon y retrocedieron. El detector de la dama se disparó, gritó a su marido por encima del rugido del mar y ambos hicieron coincidir sus detectores hacia el punto de aviso, y pusiéronse a cavar en la arena con sus propias manos.
Al pronto, una luz cegadora salió del interior del agujero. La señora supo lo que habían descubierto. Lo recogió de la arena, lo lavó en el agua de la propia orilla y ambos se estremecieron, era una pieza de 8 escudos, muy redonda. Al siguiente día contactaron con un comerciante conocedor de monedas españolas, y declaró que era “¡la mejor moneda de 8 escudos de oro que había visto nunca!”. Era una onza mejicana datada en 1715, pero era un “Royal” como allí llaman a estas piezas de Presentación o Galanas, de las que sólo tenía conocimiento de 3 ejemplares. Se estima que esta magnífica pieza numismática les proporcionó entre 60.000 u 80.000 dólares en una subasta”.
¿No es romántico todo esto?
La pieza que este matrimonio encontró es similar a esta:
Esta pieza puede ser localizada en:
http://onzasmacuquinas.com/rafa111.php?anverso=Vico1715AMex2.jpg
Terminamos con una bonita foto de Onzas rescatadas de la Flota de 1715.
Próximamente: “La flota naufragada de 1715 y sus Onzas”
Rafael Tauler Fesser
www.onzasmacuquinas.com
Autor/a: Rafael Tauler Fesser