La colección de moneda andalusí de la Hispanic Society: la historia interminable

La colección de moneda andalusí de la Hispanic Society: la historia interminable

La colección de moneda andalusí de la Hispanic Society: la historia interminable 278 400 admin

Hace pocos días se ha sabido que, tras la subasta de la colección de monedas de la HSA el pasado 8 de marzo, una parte de sus monedas va a venir a España. Es para felicitarse que la intervención privada haya hecho por lo menos parte de lo que la res publica ha sido incapaz de asumir. Ya ha sido lamentable que, casi al mismo tiempo, se asistiera al circo mediático del asunto del Oddissey y el retorno al suelo patrio de las monedas robadas y apenas se hayan escrito unas líneas sobre el destino de la colección de la Hispanic Society que, en valor real, numismático, histórico, historiográfico, etc.., sobrepasa ampliamente lo recuperado del pecio del Nuestra Srª de las Mercedes.

Dentro del magnífico monetario de la HSA, una de las partes de las que menos se ha hablado es de la serie de moneda andalusí siendo, sin embargo, junto con la serie visigoda, una de las más y mejor estudiada ya que sobre ella se han escrito al menos tres monografías. Nada menos que G. C. Miles, el gran numísmata norteamericano, llevó adelante la primera parte del proyecto de la publicación del monetario de la Hispanic Society bajo la forma de dos volúmenes, uno dedicado a los omeyas (The Coinage of the Umayyads of Spain, New York 1950) y otro sobre las taifas del siglo XI (The Coins of the Muluk al-Tawa’f, New York 1954). Le seguiría su monografía sobre moneda visigoda (The Coinage of the Visigoths of Spain. Leovigild to Achila II, 1952) y poco después, de la mano de H. Hazard, un volumen dedicado a la historia numismática del Norte de África (The Numismatic History of Late North Africa, New York 1952) con una adiciones en 1966. Después, la nada, ya que ninguna otra serie de la colección ha sido estudiada de forma tan detallada o cuidada como la recopilada en estos primeros trabajos.

No queda claro el motivo de este colapso. M. Bates hablaba tanto del incremento de las funciones administrativas y de gestión de Miles así como de la muerte de Huntington en 1955, como razones del cese del apoyo económico a las publicaciones (Bates, M. L., “Spanish Islamic coins in the Collections of the American Numismatic Society and the Hispanic Society of America” III Jarique de Numismática Hispano-árabe, 1992, pp. 77-90).

Ya se ha mencionado en ocasiones lo sorprendente que resultaba a quien trabajara con la obra de Miles la casi total falta de referencias a los materiales numismáticos depositados en los museos españoles, salvo muy contadas excepciones, y la mayoría de ellas referidas a mensajes o comunicaciones verbales o personales de algunos directores, como el caso de Samuel de los Santos respecto del Museo Arqueológico de Córdoba, por no decir nada de la nula presencia de material procedente de excavaciones arqueológicas efectivas, fruto de la situación del momento. Era evidente que el magno trabajo de Miles era una puesta al día, un aggiornamiento del estado de la cuestión, limitado en lo referente a las colecciones españolas, a la escasa publicación de los fondos de éstas.

Las monedas acuñadas en la España musulmana o por dinastías que gobernaron el territorio suponen un total de 6949 piezas, que no es poca cosa, de entre las cuales hay 3894 de los omeyas, 791 taifas, 492 almorávides, 944 almohades y 171 nazaríes (Bates 1993, 84). Por desgracia, la procedencia de la inmensa mayoría de las piezas es desconocida aunque hay certeza de que ejemplares de la antigua colección de Francisco Codera, del monetario de Pascual de Gayangos o del coleccionista portugués Dos Santos pasaron a engrosar los fondos de la HSA. No todos los ejemplares procedentes de estas colecciones habían podido ser identificados, cosa que ahora podríamos hacer en gran parte gracias al estado actual de nuestros conocimientos acerca de las colecciones españolas del siglo XIX. Conviene recordar que A. Huntington solía adquirir los materiales, siempre que era posible, en subastas fuera de España; así las monedas de la colección Dos Santos se adquirieron en la casa de subastas Schulmann de Amsterdam en 1906. Las piezas de la antigua colección Codera o de la Gayangos son más difíciles de rastrear, pero la presencia de ejemplares de la primera en lugares como el British Museum y los años finales de Pascual de Gayangos pasados en Londres podrían sugerir el Reino Unido como el lugar donde se subastaron parte de dichas colecciones.

Otra rareza de la serie andalusí es que, una vez publicadas las obras de Miles, apareció en 1957 en la Hispanic Society otro lote de unas 7000 monedas que se incorporaron a la serie general depositada en la American Numismatic Society. Estas piezas fueron catalogadas en lo que corresponde a la serie andalusí por M. Bates en los años 70, pero no existe un catálogo publicado de ellas. Por la información de que dispongo, al menos 2200 ejemplares se corresponden con monedas omeyas o de las taifas del siglo XI, lo que supone casi un tercio del lote de dicho año.

Es una paradoja del destino que la moneda andalusí parezca destinada a encabezar prometedoras series de trabajos de catalogación que luego se diluyen, por decir algo. Baste recordar el primer catálogo del Museo Arqueológico Nacional de 1892 sobre las monedas arábigas, obra de Juan de Dios Rada y Delgado (aunque F. Codera y A. Vives tuvieron gran parte de la responsabilidad del mismo) y hasta la fecha. Ha pasado más de un siglo y esperemos que no pase otro.

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