La British Royal Mint acuña una serie de Britannias de un cuarto de onza con la plata recuperada del S.S. Gairsoppa, una nave hundida durante la II Guerra Mundial que transportaba plata para la ceca y cuyo cargamento ha sido extraído del fondo marino por la compañía Odyssey.
A lo largo de los muchos meses de litigio contra la firma cazatesoros Odyssey, y una vez recuperado el tesoro de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes para España, foros y tertulias hervían de opiniones acerca del destino de los metales preciosos recuperados. La opinión mayoritaria era que las piezas pertenecían a nuestro patrimonio histórico y debían conservarse y exponerse como tales, como al final ha sido. Sin embargo, tampoco eran escasas las aportaciones que alegaban que, en un tiempo de crisis como el que estamos viviendo, y dado el relativo valor histórico que pueden aportar medio millón de monedas iguales, ese metal podría fundirse y contribuir a aliviar las reservas del Estado.
La nueva emisión de bullion del Reino Unido parece que va en esta línea y nos ha sugerido algunas reflexiones en este sentido. El caso del SS Gairsoppa y el de Nuestra Señora de las Mercedes tienen puntos en común y otros muy diferentes. La nave británica había partido de la India cargada de plata destinada a paliar la penuria de metales ocasionada por la II Guerra Mundial y fue hundida por un submarino alemán el 17 de febrero de 1941 al suroeste de las costas de Irlanda cuando intentaba alcanzar el puerto de Galway. Todos sus tripulantes, a excepción de un suboficial, perecieron en el naufragio.
El pecio fue localizado en 2011 a una profundidad de 15420 pies (4700 m.) por la empresa cazatesoros Odyssey. Contratada por el gobierno británico, ha conseguido recuperar el 99% de la carga de plata, alrededor de 61 toneladas, en lo que definen como el rescate de metal precioso más complicado y a mayor profundidad realizado nunca.
Este encargo del gobierno británico le ha supuesto a Odyssey unos pingües beneficios: aunque la nota de prensa de la Royal Mint no dice qué porcentaje del total de metal recuperado ha pasado a engrosar sus arcas, otros medios y la propia empresa afirman que se trata nada menos que del 80%. El 20% restante pasa al Tesoro del Reino Unido.
Por supuesto esta sustanciosa ganancia no ha estado exenta de polémica como queda bien constatado en los foros de los diferentes medios que han recogido la noticia, en los que es mayoritaria la opinión de que debería haber sido el propio gobierno el que se hubiera encargado de la recuperación del pecio.
Sin embargo el gobierno británico debe estar bastante contento con el trato ya que, como les informamos hace meses, planea continuar con su colaboración con Odyssey ampliando su búsqueda a naufragios más antiguos, como su próximo objetivo: el HMS Victory naufragado en 1744.
Aparte de la implicación de Odyssey en ambos casos, el de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes nos viene también a la memoria por otros aspectos. El primero de ellos es, como decíamos al principio, la reutilización del metal recuperado en el pecio, una opinión que, aunque de manera minoritaria, sobrevolaba en un contexto de crisis como el que estamos viviendo, como una forma de aliviar las arcas del estado español.
A este respecto hay que anotar dos cuestiones esenciales. La primera es que, a diferencia del de Las Mercedes, el cargamento del S:S: Gairsoppa no era de metal amonedado. La segunda y más importante, es que las monedas de la fragata española datan de finales del siglo XVII y principios del siglo XIX, por lo que son objetos protegidos por la ley de Patrimonio.
Sabemos que la ley de Patrimonio española es diferente de la de Reino Unido, pero nos sorprende otro aspecto que parece que no se ha tenido en cuenta y es que, según la legislación de ese país, los navíos de las marinas de guerra o bajo pabellón militar hundidos durante los conflictos bélicos son considerados casi cementerios de guerra y hasta ahora eran intocables.
Otra de las opiniones sobre las que se ha querido polemizar en el tema del metal del S. S. Gairsoppa es la procedencia de la plata, por lo que algunas voces reivindican que se devuelva a la India. ¿No les recuerda esto a ustedes las voces que pedían en los foros la devolución del oro de Las Mercedes para América?
En palabras de Odyssey, el gobierno británico está “buscando desesperadamente nuevas fuentes de ingresos”, por lo que nos tememos que habrá muchas más noticias sobre los expolios del patrimonio submarino en los próximos años.
Isabel Rguez. Casanova