Trajano, OPTIMVS PRINCEPS DACICVS

Trajano, OPTIMVS PRINCEPS DACICVS

Trajano, OPTIMVS PRINCEPS DACICVS 500 248 admin

En el año 107 d.C. Roma celebra un gran triunfo: el emperador Trajano regresa de su exitosa campaña contra los dacios. Además de las monedas, recuerdan su victoria una pequeña emisión de raros medallones uno de los cuales será subastado el próximo 13 de octubre por Gorny & Mosch.

No son muchos los ejemplares que han sobrevivido de la serie de medallones que Trajano acuñó con motivo de su victoria sobre los dacios. En su estudio sobre estas piezas Peter Mittag (Römische Medaillons. Caesar bis Hadrian, Stuttgart, 2010) habla de sólo tres cuños de reverso. El primero está atestiguado por dos medallones de bronce, mientras que en plata hay al menos cuatro ejemplares de dos cuños diferentes. Con la pieza que sale ahora a subasta, los medallones de plata documentados se enriquecen con otro ejemplar procedente de un cuño desconocido hasta ahora.

Este hecho es de gran interés numismático, puesto que podemos adjudicar cuatro cuños diferentes de medallones a una sola ocasión, y nos permite afinar los cálculos cuántos se fabricaron. Si bien la duración real de un troquel de acuñación es motivo de controversia, se puede asumir que a partir de estos cuatro troqueles se fabricaron al menos 4000 medallones.

Este dato es significativo en la medida en que el propósito exacto de estos medallones es aún objeto de discusión. Para empezar, no existen fuentes literarias que traten del tema. Los numismáticos generalmente interpretan los medallones como un regalo imperial destinado a un círculo selecto con motivo de algún hecho festivo. Pero ¿quiénes pertenecían a ese círculo? ¿Los amigos y consejeros más íntimos del emperador? ¿Los altos mandos del ejército? ¿Todos los oficiales?

El nuevo cuño documentado puede darnos una pista importante en cuanto a una posible respuesta a estas preguntas: si una sola ocasión justificó la realización de al menos cuatro troqueles, entonces el círculo de receptores de las piezas no era demasiado pequeño.

Esta idea concuerda con el contexto histórico en que se produjo la emisión: Trajano utiliza este regalo imperial para recordar su gran victoria sobre los dacios a tantos miembros de las clases dominantes como sea posible. Después de todo, el propio Trajano no venía de una influyente familia con sede en Roma, sino que debía su posición exclusivamente a sus éxitos militares. Y estos logros tuvieron que ser presentados a su público una y otra vez: en el año 98-99 d.C., Trajano viajó al norte con el fin de asegurar las fronteras y de paso revisar los tratados suscritos con los reyes súbditos o clientes. El nuevo emperador consideraba que el tratado que Domiciano había negociado con el rey dacio Decébalo era demasiado costoso debido a los altos subsidios que su antecesor había concedido y quiso negociar. Pero Decébalo no veía razón alguna para cambiar las estipulaciones del acuerdo.

A principios del año 100 d.C., Trajano alegó la frecuente violación de las fronteras como causa de guerra. Concentró siete legiones completas, además de gran parte de otras tres, unidades más pequeñas procedentes de Britania y el Este, así como numerosas tropas auxiliares y gran parte de la flota del Danubio. Juntó de este modo el mayor ejército que Roma había enviado jamás a la guerra y el propio Trajano viajó al frente para comandar las fuerzas.

Aunque Decébalo era un enemigo serio que incluso se las arregló para llevar la guerra a la provincia romana, al final se impuso Trajano y el rey dacio se arrodilló ante él para rogar la paz. Trajano tuvo misericordia y Decébalo permaneció en su reino, aunque se vio forzado a aceptar duras condiciones: los dacios tuvieron que entregar sus fortificaciones y sus armas; se les ordenó conciliar su política exterior con la de Roma y además partes de la Dacia quedaron bajo control romano. Fue un gran éxito para Roma, Trajano adoptó el victorioso título de Dacicus y celebró un triunfo.

Sin embargo, la historia no termina aquí. Nadie en Roma había previsto que un rey clientelar tan insignificante como Decébalo podría estar descontento con el resultado de los acontecimientos que hemos contado, pero así era. El rey dacio trató de forjar una coalición entre los pueblos vecinos, incluso contactó con los partos, lo que no pasó desapercibido en Roma. Con todo esto, Trajano decidió luchar contra los dacios en una segunda guerra en la que Decébalo ya no tuvo otra oportunidad. Roma conquistó la ciudad de Sarmizegetusa -capital de la Dacia- y se apoderó de su gran tesoro, mientras que su rey, derrotado, se suicidó.

Trajano no regresó a Roma inmediatamente después, sino que organizó la conversión de esta rica zona minera en una provincia más del Imperio. De este modo el triunfo fue celebrado en fecha tan tardía como el verano del año 107 d.C.

Y aquí llegamos a la ocasión en la que probablemente se acuñó y distribuyó el medallón que saca ahora a subasta Gorny & Mosch con una estimación de precio de 150000 euros. En su anverso vemos un retrato del emperador laureado, con la égida sobre los hombros, rodeado por la leyenda IMP CAES NERVAE TRAIANO AVG GER DAC P M TR P COS V P P. El reverso del medallón nos muestra de nuevo al emperador de origen hispano a caballo, en traje militar y portando una lanza. Le precede una figura femenina que sostiene una cornucopia y lo que parece ser un caduceo, o quizás una rama de olivo, y que podría ser la personificación de Felicitas. Detrás de la figura ecuestre del emperador se distingue a Marte, el dios de la guerra, desnudo, sosteniendo una lanza y un escudo redondo, y en el fondo figuran dos soldados romanos. La leyenda del reverso es ADVENTVS AVG en la parte superior y SPQR OPTIMO PRINCIPI bajo la línea de exergo.

En conjunto la calidad de la labra y el hecho histórico que conmemora hacen de este medallón una pieza excepcional, que además de hacer las delicias de los coleccionistas, contribuye a mejorar nuestro conocimiento sobre el significado de estas emisiones conmemorativas imperiales.

Texto elaborado a partir de la nota de prensa proporcionada amablemente por Björn Schöpe (MünzenWoche)

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