Cuando se cumplen diez años de la emisión de su primera moneda coloreada, la prolífica ceca nos presenta su catálogo de otoño y nos demuestra que, incluso en un tema tan utilizado como su emblemática hoja de arce, es posible renovarse.
Si hay un aspecto en el que la ceca de Canadá puede estar orgullosa es de ir a la vanguardia de la innovación en materia numismática. Hace una década fue la primera de las fábricas monetarias en acuñar una moneda coloreada circulante, y desde entonces ha emitido una moneda de récord Guinnes de un millón de dólares, considerada la moneda más grande del mundo; con motivo del jubileo de diamante de la reina Isabel II incluyó un diamante en una de sus emisiones conmemorativas, creó la primera serie de monedas que brilla en la oscuridad, etc. etc. Por si esto fuera poco, presume de que sus monedas circulantes de uno y dos dólares son las más seguras del mundo.
Muchas de estas innovaciones se han aplicado a algunas de las numerosísimas acuñaciones que presentan como tema la hoja de arce, el emblema de Canadá. De entre el amplísimo catálogo de novedades correspondiente al otoño que acaba de dar a conocer la Royal Canadian Mint hemos seleccionado hoy solamente aquellas monedas que llevan como tipo la hoja de arce, y no todas. Verán que son unas cuantas, y que hace falta muchísima creatividad para seguir innovando con un tema tan sencillo, no solo técnicamente, sino también en el diseño.
Con fecha ya de 2015 está a la venta un conjunto de cinco monedas con la representación de la hoja incusa con el que se rinde homenaje al arce azucarero, de donde sale el sirope de arce. El mayor valor tiene una onza de peso y en él la hoja tiene un llamativo acabado rojo traslúcido.
Las otras monedas que le acompañan tienen pesos de media onza, un cuarto un décimo, y una vigésima parte, todas acuñadas en plata de la máxima pureza y acabado proof. La emisión está limitada a 9.999 estuches.
Su equivalente en oro es el estuche que homenajea al arce plateado, aunque, en esta ocasión el diseño es diferente y la pieza de una onza no está esmaltada. De este conjunto se fabricarán únicamente 600 unidades, con la novedad de que, por primera vez, la moneda de una onza aparece numerada en el canto.
Además, en cada uno de los divisores el diseño es diferente, emulando las hojas que van cayendo en el otoño.
Tras la revolucionaria serie dedicada a los dinosaurios que brillan en la oscuridad, le toca ahora el turno a la hoja de arce.
Con luz natural, la moneda, de una onza en plata de 999 milésimas, presenta un precioso diseño en brillantes colores otoñales.
Sin embargo, en la oscuridad solo es visible una hoja de arce en verde brillante.
El volumen de emisión previsto para estas monedas es de 7.500 unidades, que estaban vendidas casi en su totalidad en el momento de redactar esta noticia.
Dentro de la colección de hojas superpuestas aparece ahora la onza de platino, con un facial de cinco dólares canadienses, acuñad en metal precioso de 99,95% de pureza, a la que acompañan en el conjunto una moneda en la que la hoja está realizada en jade, dos onzas de oro y plata y otra más coloreada.
Terminamos con una moneda que combina las hojas de arce con otro de los temas más utilizados por la Royal Canadian Mint, la fauna autóctona.
Se trata de esta moneda en cuyo reverso aparece un puma subido a la rama de un arce con su exuberante colorido otoñal y que es la segunda de una colección de tres onzas en plata de 99,99% de pureza.
En todas estas emisiones, como es preceptivo, aparce en el anverso el retrato de la reina Isabel II con las leyendas correspondientes.
Aunque les presentamos sólo una selección, como ven no les mentimos en cuanto a la variedad, calidad y creatividad de las emisiones canadienses.
Fotos: gentileza Royal Canadian Mint.