Un kilo de oro puro contiene cada una de las sesenta piezas que componen esta emisión de la Royal Mint dedicada a conmemorar los sesenta años en el trono de la reina Isabel II. Esta nueva moneda se une a las piezas de cinco onzas de oro que se han acuñado por el mismo motivo.
Es la primera vez que la Royal Mint acuña piezas de un kilo de oro en relación con un evento de la casa real. La ocasión, sin duda, lo merece: el jubileo en el trono de la soberana británica es un hecho histórico con muy pocos precedentes, de modo que los sesenta años transcurridos desde su coronación se han visto plasmados en sesenta excepcionales piezas de oro, cada una de ellas con un kilo de metal precioso de la máxima pureza (999 milésimas). De este modo, el peso de cada moneda es de 1005 gramos y el módulo de 100 milímetros.
Aunque su uso como medio de intercambio sea más que improbable, estamos ante monedas de curso legal, con un valor facial de 1000 libras. Así pues, llevan en el anverso el retrato de la reina Isabel II, en este caso el diseñado especialmente para el jubileo por el artista y grabador Ian Rank-Broadley. El reverso presenta el escudo de armas real, como el que ostentan las entradas al palacio de Buckingham, residencia oficial de la soberana. El grabado es de una gran calidad y detallismo, digno de una acuñación de esta categoría.
Para aquellos que no puedan acceder a estas selectas piezas, también se han acuñado monedas con un kilo de plata, que comparten los mismos tipos y metrología, si bien su valor facial es de sólo 500 libras. La emisión total en este metal es de 1250 unidades.
También estarán disponibles para el coleccionista a partir de finales de este mes las piezas de cinco onzas tanto en oro como en plata. El diseño de estas monedas presenta en el reverso la imagen de la reina Isabel II entronizada, inspirada en los sellos reales, pero también en un tema de larga tradición en toda la numismática europea desde la Baja Edad Media. La rodea la leyenda con las fechas de su reinado en números romanos y el lema en latín DILECTA REGNO.
Las monedas de cinco onzas, tanto de oro como de plata, tienen un peso total de 156,295 gramos y un diámetro de 65 milímetros. Están acuñadas en calidad proof con metal precioso de 999 milésimas. En el caso del oro, la emisión está limitada a 250 unidades y en el de la plata a 1952 piezas, cantidad que alude al año en el que Isabel II accedió al trono.