Es la protagonista de la nueva moneda de la conocida serie conmemorativa austriaca acuñada en plata y niobio. Su elección recuerda la importancia de los túneles en un país tan montañoso como Austria.
Con un refrescante color azul cielo -–azul hielo en otros idiomas- se presenta esta nueva emisión de la conocida serie que viene acuñando la ceca austriaca desde hace algunos años en plata y niobio. En las diferentes monedas que ya han aparecido varían los colores y varían los temas, y para esta ocasión se ha elegido la impactante imagen de una tuneladora en pleno trabajo como tema principal del anverso.
La elección del tipo se ha realizado queriendo subrayar la importancia que los túneles tienen en el país austriaco. De hecho, Austria fue pionera en los túneles alpinos al inaugurar el primero de ellos, el Semmering, en 1848 para el paso de la línea de ferrocarril que facilitaría enormemente la comunicación entre Viena y Trieste. Este ferrocarril está declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
La nueva moneda combina la moderna tuneladora con elementos que enlazan con esas primeras etapas constructivas de los siglos XIX y XX, como el obrero que aparece representado en el anillo exterior del reverso con su taladradora neumática. En el reverso, se muestra la entrada de dos túneles gemelos actuales y as montañas alpinas aparecen como marco de los diseños de ambas caras.
Cada una de estas monedas tiene un valor facial de 25 euros. La parte central de cada pieza está fabricada con 6,5 gramos de niobio de 998 milésimas de pureza coloreado en azul claro, mientras que el anillo exterior suma 9 gramos de plata de 900 milésimas. El diámetro es de 34 milémetros.
La emisión está limitada a 65000 unidades en calidad sin circular que se presentan encapsuladas, en un estuche y con su correspondiente certificado de autenticidad.