Éxito de la moneda europea, especialmente la alemana y la rusa, y fuertes subidas en medallas y condecoraciones, entre lo más destacable de una subasta que se ha saldado con un alto porcentaje de ventas y unos resultados que se acercan al doble de la estimación inicial.
La pasada semana la ciudad alemana de Osnabrück acogió una vez más la subasta de verano de la firma Künker en sus diferentes sesiones. Del 16 al 21 de junio, más de seis mil lotes, agrupados en cuatro diferentes catálogos, se sometieron al veredicto del martillo a lo largo de una docena de sesiones. Una oferta a lo grande que se centraba en esta ocasión en la moneda europea, especialmente la alemana y la rusa, pero con importantes capítulos de medallas, órdenes, condecoraciones, y sin dejar de lado la moneda del resto del mundo. Los resultados, cifrados por la firma Künker en casi 10 millones de euros, han alcanzado casi el doble de la estimación total inicial. Para ello se han unido el altísimo porcentaje de lotes adjudicados junto con las fuertes subidas que se han podido ver en la puja. Aunque evidentemente no es posible revisarlos a fondo, he aquí nuestra pequeña selección.
El primero de los catálogos, con 950 lotes a remate, estaba dedicado a monedas medievales, medallas de paz y monedas alemanas. De la primera parte, destaca la fuerte subida de esta pieza bracteada del siglo XII (lote nº 215), acuñada en la ciudad de Mülhausen por Federico I Barbarroja. La moneda presenta uno de los temas más característicos de estas emisiones, la silueta amurallada de la ciudad, pero se acompaña además de la figura del emperador a caballo. Su precio de salida era de 1500 euros que se convirtieron tras la puja en 11000.
Una de las partes más atractivas de este catálogo era, en nuestra opinión, la colección de John Adams de medallas conmemorativas de diferentes tratados de paz de los siglos XVI y XVII que se presentaba con el título de PAX OPTIMA RERUM. Entre sus 79 lotes era posible encontrar piezas de gran belleza, de las que nos habíamos fijado en algunos ejemplares dedicados a la Paz de Westfalia (lote nº 295: rematado en 5500 euros), la Paz de Westminster (lote nº 300: adjudicado en 4600 euros), todos ellos adjudicados muy por encima de su precio de salida, pero las que mejor resultado obtuvieron fueron dos medallas moldeadas con motivo de la Paz de Breda. La primera (lote nº 304) por el bando inglés en 1667 con la efigie de su soberano en el reverso, partía con un precio de salida de 4800 euros que se convirtieron en 24000.
Esta otra (lote nº 310), de la propia ciudad de Breda, en plata, con un diseño espectacular, salía a subasta por una puja mínima de 1200 euros, y se remató finalmente en 9000.
Del segundo de los catálogos de la subasta destacaban dos grandes apartados, el denominado “Polonica Reconciliata”, con rarezas de Polonia, Silesia y Pomerania, y los más de novecientos lotes que formaban el capítulo de monedas y medallas papales, desde el siglo XII hasta Pío XII. De este último destaca el remate de esta medalla de oro (lote nº 1770) labrada por el escultor Ermenegildo Hamerani para el papa Clemente XI en 1719, correspondiente al año décimo noveno de su papado. Desde un precio inicial de 3200 euros, fue adjudicada en 21000.
La oferta se completaba con los lotes de medallas y monedas extranjeras, en las que se vieron los altos remates de piezas de gran rareza. Por ejemplo, un tálero acuñado en Riga en 1574 (lote nº 2153), que subió de 15000 euros de estimación a 42000 de remate; los 10000 euros de martillo alcanzados por una pieza griega de 5 lepta, del año 1828 (lote nº 2319), cuya estimación se había calculado en solo 1000, o los sorprendentes 10000 euros de remate de esta prueba para cinco grana (lote nº 2395), acuñada por Murat en Nápoles en 1810, que salía con una puja mínima de 240 euros.
En cuanto a las emisiones españolas (lotes 2667-2679), vieron cómo se adjudicaban todas las monedas, e incluso alguna subida reseñable: la de este ejemplar de ocho reales de Felipe II (lote nº 2671), batidos en Segovia en 1590, que pasaron de 400 euros de puja mínima a 1250 de martillo.
En el tercero de los catálogos compartían protagonismo las monedas de oro alemanas y extranjeras con la sección de emisiones rusas. Entre las piezas de oro se vieron muy buenas adjudicaciones tanto en la moneda alemana como en la del resto de Europa. De la primera podemos destacar este ejemplar de nueve ducados (lote nº 3907) acuñado en Núremberg en 1721 para Carlos VI, que partía con una estimación inicial de 8000 euros, convertidos tras la puja en 60000.
No le fue nada mal tampoco a algunas emisiones españolas. Aunque se encontraba entre las acuñaciones de los Países Bajos, este soberano de oro acuñado en Brabante para Carlos II (lote nº 3027), tenía una puja mínima de 6000 euros y consiguió alcanzar los 22000 de martillo.
Entre las monedas del actual territorio español (lotes 3259-3300), con prácticamente todos los lotes adjudicados, podemos destacar la subida del enrique de la silla acuñado en Sevilla (lote nº 3264), que pasó de 2400 euros de puja mínima a 4200 de adjudicación.
Sin embargo, los precios más altos estaban reservados una vez más para las emisiones rusas, aunque, por poner una nota de variedad, en esta ocasión fueron las medallas de oro las que encabezaron el ranking.
Esta medalla de oro (lote nº 6319) labrada con motivo de la muerte del zar Alejandro II en 1881, salía a subasta a partir de 48000 euros con una estimación de 60000. Tras la puja, el martillo cayó en 100000 euros.
Pero la pieza más cara de la subasta fue esta otra medalla también en oro (lote nº 6370), con más de 400 gramos de peso, grabada en 1894 con motivo de la muerte de Alejandro III. Pieza de enorme rareza, su estimación de precio se había fijado en 50000 euros que quedaron muy lejos de los 170000 en que se remató finalmente.
Y aún quedaba el último de los catálogos, el dedicado a órdenes y condecoraciones, con un total de 1121 lotes de distintas procedencias tanto alemanas como extranjeras, que también depararía algunas subidas espectaculares. Como muestra, esta condecoración del águila blanca del imperio ruso (lote nº 8803), que pasó de 32000 euros de puja mínima a 160000 de remate, situándose entre los remates más altos de toda la subasta.