El pasado jueves 15 de octubre tuvo lugar en Barcelona la subasta en sala organizada conjuntamente por las tres firmas, con subidas llamativas y un buen resultado de ventas, entre las que destacaríamos las de los áureos o las grandes piezas españolas.
A lo largo de dos sesiones en la mañana y la tarde del pasado jueves 15 de octubre fueron pasando por el veredicto del martillo los más de mil quinientos lotes que habían preparado para esta subasta en sala las firmas barcelonesas Martí Hervera y Soler y Llach junto con la madrileña Segarra. Como les comentamos en anteriores ediciones, la oferta era variada, interesante y de calidad, y la acogida por parte de los coleccionistas no ha defraudado, saldándose el remate con buenos porcentajes de ventas y algunas subidas muy llamativas.
De la moneda antigua, por ejemplo, hay que destacar el remate de esta tetradracma siracusana (lote nº 9), que pasó en la puja de 2.500 de salida a 6.500 de adjudicación, convirtiéndose así en la más alta de este capítulo de acuñaciones griegas.
Sin duda fueron los áureos del Imperio romano los que acapararon los mejores resultados de todo el gran capítulo de la amonedación antigua. La subida más llamativa vino de la mano de esta pieza de oro de Cómodo (lote nº 251), que se presentaba a la puja con su color y brillo originales, en conservación sin circular, lo que le valió que su precio de catálogo se viera multiplicado por cuatro: de 6.000 euros de salida pasó a 24.000 de martillo.
También subieron muy por encima de sus precios iniciales los áureos de Trajano Decio (lote nº 264: de 3.500 a 8.800) o de su esposa Herennia Etruscilla (lote nº 266: de 4.500 a 8.800), aunque el que alcanzó una cifra de cinco dígitos fue éste de Aureliano (lote nº 270), raro y en conservación sin circular, que pasó de 4.500 en catálogo a una adjudicación de 10.000 euros.
Pasamos a las emisiones visigodas, donde este tremís (lote nº 341) acuñado para Ervigio en la ceca bética de Eliberri subió en la puja de 4.000 a 5.900 euros.
De las acuñaciones medievales destacaríamos los 3.600 euros realizados por este alfonsí d’or (lote nº 435) de Alfonso V de Nápoles, que partía a la puja desde 2.950. El ducado de Zaragoza de Fernando el Católico que salía como lote nº 441 en 12.000 euros se adjudicó en su precio de salida.
Los mismo sucedió con las dos grandes joyas de esta oferta, pues tanto el doble principado de Barcelona de 1531 a nombre de Juana y Carlos (lote nº 497) como el cincuentín de 1628 (lote nº 571), no consiguieron superar la puja mínima y se adjudicaron en su precio de salida, que era de 30.000 euros para cada lote.
Parece que en este capítulo de monarquía española las subidas fueron más moderadas, al menos en los lotes con mayor salida, pero con buen porcentaje de ventas en general. De esta sección destacaríamos, por ejemplo, los 4.500 euros obtenidos por los ocho escudos batidos en Lima en 1747 para Fernando VI (lote nº 662: salida en 3.000) o estos del mismo monarca pero acuñados en Nuevo Reino en 1759 (lote nº 672), muy raros, con pátina y brillo originales y excelente estado de conservación, que pasaron en la puja de 4.500 a 6.600 euros.
La siguiente gran subida de este remate la encontramos ya en el sistema de la peseta, con este ejemplar de cinco pesetas de Amadeo I de 1870 (lote nº 1104), en calidad proof, que salía a subasta con una puja mínima de 3.000 euros y fue adjudicada finalmente en 7.000.
Hasta los 3.110 euros subieron su precio estos 4 pesos filipinos acuñados en Manila para Alfonso XII en 1882 (lote nº 1172), desde un inicio en subasta de 2.500 euros.
En cuanto a la moneda extranjera, la adjudicación más alta recayó en este conjunto de cuatro monedas de oro del soberano británico Jorge VI (lote nº 1451), con valores de medio y un soberano y 1 y 5 libras, en su estuche original, rematado en 7.000 euros.
Pero tampoco queremos dejar de mencionar la subida porcentualmente mucho más importante de este precioso ejemplar de dos ducados (lote nº 1313) acuñado por Maximiliano I de Baviera en 1618, que pasó de 750 euros de salida a 2.500 de martillo.
Ni, por supuesto, los 50 francos de Napoleón III (lote nº 1432) acuñados en Estrasburgo en 1868, muy raros y en conservación sin circular, adjudicados en 2.400 euros frente a sus 1.500 de inicio en la puja. Estos son sólo algunos ejemplos de esta sección de moneda extranjera en la que las pujas se animaron y subió también el porcentaje de ventas.
Tampoco faltaron algunas subidas notables en la sección de notafilia, como ocurrió con los 500 reales de vellón del 1 de enero de 1853 (lote nº 1527) o con las 1.000 pesetas del 1 de mayo de 1895 (lote nº 1529), ambos lotes con salida en 1.500 euros y rematados cada uno en 2.100.